viernes, 7 de diciembre de 2012

Eres infinita.

‎# Como diamantes en el cielo. Pasan los días y con ellos el transcurrir de las horas. Últimamente no encuentro la diferencia entre un sábado y un lunes y las razones para sonreír están alcanzando su periodo de máxima escasez. Hoy quiero escribir a cerca de ella. A cerca de lo más grande y a la vez más infinito que hace que mi vida sea dichosa. No la cambio por nada, por nadie. A día de hoy me ha enseñado todo lo que sé, desde sonreír cuando todo vaya mal a llorar cuando más lo necesite. No habría espacios suficientes, medidas existentes capaces de determinar el valor incalculable que apenas la alcanza. Pienso que tengo una vida entera en deuda con ella, con ella y con todo aquello que la forma. Cada día aprendo a sobrevivir de una manera diferente a la anterior. Cada día me hace fuerte al sonreír, al sonreír en estos tiempos tan lóbregos y difíciles. Es mi mayor ejemplo a seguir, la musa de mis letras mas exquisitas. Le debo todos mis triunfos y mis metas alcanzadas. Le debo la vida y con ella sus experiencias que hoy en día, me hacen ser alguien en cualquier parte del mundo. Hoy vengo a hacer al tiempo deleite de todo sueño inalcanzable como a día de hoy es el sonreír a pesar de los problemas. Aunque se que quizás nunca leas esto, hoy quiero decirte mamá, que eres todo cuanto sueño por conservar toda mi vida. Quiero decirte que aunque los días pasen siempre seguiré siendo esa niña pequeña a la que el mundo le aterroriza. Hoy quiero decirte mamá que ahí fuera nos esperan miles de ilusiones esperando descubrirnos. Que estoy contigo a muerte, aunque las fuerzas desfallezcan y fallen los sentidos, estoy aquí. CONTIGO. Que eres inmensamente inquebrantable, fascinante hasta carecer de lucidez en estos tiempos abismales. Quiero que sepas que no sé ser sin ti. Que te amo por encima del entendimiento, por encima de lo factible. Que me encanta arroparte cada noche porque es el momento en que pareces más pequeña y a la vez tan amable. Que me encanta que no puedas vivir sin las cervezas "lager" del día o sin esas aceitunas "machás" que te vuelven loca. Que me encanta que cuando menos me lo espere me hagas reír con tus momentos de pavo repentino a las ocho de la mañana o que hayas cogido por costumbre quedarte dormida cada noche en el sofá. Que ne abraces de esa forma en la que el tiempo parece un dulce espectador de la obra maestra jamás vista o que te enfades porque sea una caprichosa presumida. Que me escuches como llevas haciendo estos dieciocho años sin cansarte, siempre al pie del cañón pero que sobre todo, nunca olvides, por nada del mundo, que muchas personas necesitamos tu sonrisa para ser felices vale? Gracias por colmar mi vida de instantes únicos y magníficos. Gracias por ser tú la que siempre está para levantarme. La que siempre está para demostrarme que la vida también tiene sus partes bellas. Porque eres lo más grande hasta morir, porque eres increíble y pase lo que pase, no pienso faltarte nunca ¿vale? A mi madre Juana Sayago Vázquez, mi razón de ser, mi mejor amiga y alguien infinitamente extraordinaria. Te quiero mamá.

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