domingo, 10 de junio de 2012

Qué mierda eso de que las emociones te superen.

# Últimamente no sé, si es el tiempo el culpable, o quizás sea este ambiente tan contaminado de tristeza el que nos impide ir bien. Te has ido hace unos días, tres, para ser exactos y siento que hace más de una semana que no sé de ti. Dicen que las relaciones se llenan de una monotonía continua de la que, a veces, nos cuesta salir. No sé si esto es una monotonía en nosotros y sinceramente, si es verdad que lo es, prefiero ignorarlo. Prefiero ignorar todo aquello que nos dañe o nos haga débiles, no por que no quiera afrontarlo, es que en estos días no tengo mucha visión de futuro y quiero dejar al miedo olvidado, como lo está ahora.
Veo que no valoras todo lo que intento aportarte, o eso es lo que me haces ver... Será porque estoy con la regla o simplemente porque es la mera verdad.
Y llegas con tus problemas y te los soluciono sin pedirte nada a cambio, sólo que estés conmigo y que me hagas feliz como hasta el momento, y cuando menos me lo espero y más te necesito, coges y te vas, te vas y me dejas tan frágil como todo ese tiempo que estuve sin ti. Me queda una gran semana por delante, la semana que decide mi futuro y en vez de estar, te vas, te vas lejos, dónde el amor no importa tanto, dónde yo no estaré tan presente en tus minutos como de costumbre y dónde a ti no te importan los kilómetros, porque cayeron en el monte de tu olvido. No quiero reprocharte nada, pues no soy quién para juzgarte, pero yo me he sacrificado por esto, también por mis estudios, pero no me fui, porque siempre me dices que me voy cuando avanzamos y al irme, se vuelve a enfriar esta relación. Y no me fui por ti, no me fui por que te quiero más que a nadie, porque para mí siempre eres y serás lo primero. Pero me duele, que ayer no me dedicases ni 20 minutos sabiendo que te irías, sabiendo que cada vez que vamos a estar tiempo sin vernos y me voy, yo siempre te concedo ese tiempo a ti. Que con esto no quiero reprocharte, te vuelvo a repetir, pero son cosas, suspicaces quizás, las que hacen que esto pierda esa magia, ese sentimiento o sensación que un día le dimos.
Sólo espero que lo pases bien, que disfrutes como un chiquillo pequeño, que me eches de menos si tu tiempo te permite tal capricho y si no, tranquilo, nos vemos pronto;

viernes, 1 de junio de 2012

Disfrutemos de la cordura a medias..



_ Que no sepa que decirte cuando vienes con esa fuerza a mi vida. Que me ruboricen tus miradas infinitas o que me quede con ganas de vivir en las curvas de tu corazón. Que no sepa a que saben las mañanas en las que no estás y que el café sea desnatado sin las dos cucharadas de latidos, de esos que nunca me canso de escuchar. Que la vida sea tan puta como de costumbre, pero que hasta ella eche de menos las sonrisas que la hacía parecer más simple. Que las caricias sean el mejor pasatiempo para la tristeza y que un domingo sea el mejor día de la semana, sólo por el hecho de tú lo pintas con las curvas de tus lunares.
Que el universo sólo sea un ápice comparado con tus ojos y que me sienta protegida cuando tus brazos me arropan. Que me hagas el amor entre las ilusiones del mañana y que las nuevas sensaciones recorran nuestra piel haciéndola más suave por momentos....



Que no sepa cómo actuar, cuando el ritmo incontrolable de sus latidos se adueñe de mi vida...

La razón de mi existencia;



Fuertemente, te quiero mi amor;

Por tu singular incandescencia, hoy brindo por tí;




# El olor a café recién hecho por las mañanas de mamá. El olor a mi piel bajo la ducha o el sonido de las gotas cuando llueve. La sensación de los viernes a las dos y media de la tarde o la nostalgia de un domingo a las diez de la noche. El olor a gasolina. A tierra mojada. A leña seca. La emoción al levantarte un sábado a las tres y media y haber dormido más de ocho horas seguidas. Que se me pongan los pelos de punta cuando él me besa suavemente la nuca. O la extraña y reconfortante sensación que recorre todo mi cuerpo cuando alguien con quien tengo poca confianza me haga cosquillitas en la espalda. El colacao de las 8 de la mañana ni muy frío ni muy caliente, justo con tres cucharadas y media. O los cascos a tope en un jueves como hoy. Las palabras de tus sabios abuelos y las preocupaciones de tus padres un sábado a las doce de la noche. La incertidumbre de tus hermanos pequeños y la experiencia de los mayores. La manía que tengo de soñar cuando estoy triste y el pavo repentino que no viene a cuento.
Esas y muchas más sensaciones, son las que tú traes cada día a mi vida.

Que tu silencio pase por mi vida y de cunclillas se cuele en mi mente, siendo una melodía inaudita por compases a destiempo;

Hasta doler, te quiero;




_Ninë;