sábado, 16 de febrero de 2013

Hay veces que se gana más cuando se pierde.

# Llevo semanas pensando, meditando con el alma, y sintiendo con el sentimiento, he intentado persuadirme por encima de toda lógica, por encima de lo que es factible. Nunca he pensado que al amar doliese tanto, que el sentir implicase parte de una vida irreemplazable. He querido constatarme de que los días no pasaban insignificantemente por mi vida, por nuestras vidas. Me he olvidado de la razón sólo por amar algo que hace tiempo que se ha ido, sólo por algo que un día creí más que en mi misma, algo que he antepuesto a mi persona, a todo lo que me llena y me hace ser. Escribo triste a causa del dolor y lo vivido, a causa de los miles de recuerdos compartidos. Me veo pequeña, como un grano de arena en medio de un desierto. Lo siento, te pido perdón por no haber sabido aguantar, por no haber sabido hacerlo bien. Soy más imperfecta de lo común, y tarde o temprano tenía que pasar factura. Te pido perdón por no haber sabido comprenderte o escucharte, por haberte prohibido vivir al amarte tan inmensamente. Pero también me pido perdón a mí misma, por no haber dicho esto mucho antes, por no haber querido ver la realidad, por cegarme con un sentimiento. Hay veces que nuestro corazón traiciona y corremos el riesgo de perdernos, justo como me ha pasado a mí. Hubiese dado la vida por ti si me lo pidiesen, pero hace tiempo que empecé a darla y he estado demasiado ciega como para entenderlo. Quiero olvidar, reemplazar este dolor y construir nuevos recuerdos, que no me duela tanto al respirar cuando pienso que te irás, que no me duela el ver que hoy no has vuelto. Necesito comenzar de cero, construir mi vida poco a poco, teniendo conmigo a quién lo de todo por mí, así como yo daré todo aquello que esté en mi por los míos. Que no me dejen cuando las cosas se tuerzan o compliquen, que aguanten los malos tiempos, que me hagan feliz, que me escuchen. No quiero a todo aquel que venga a hacerme sentirme inferior o mal, no quiero a aquella persona que me falte al respeto, que no sepa valorarme. Este año me he propuesto ser feliz y cuente con unos más o unos menos, pienso hacerlo. No quiero más dolor, más llantos, ni nada que me haga envejecer por dentro, he intentado aguantar, pero era demasiado peso. No soy un objeto ni una opción, no vine aquí para ser eso. He aprendido que debo quererme más y mejor, nadie más podrá hacerlo y dejar que el dolor vaya por dentro. He esperado todo este tiempo pensando que algo cambiaría, pero cada día en esa espera me cercioraba en el fondo que todo seguiría igual. Mi madre un día dijo: No me quieras tanto, quiéreme mejor. Olvidamos lo que implican las palabras, y los hechos hace tiempo que andan lejos de aquí. Creí que era posible, pero creo que de los dos, eres tú el que no lo tiene claro. Querer implica muchas cosas, no todo es hacer el amor y que te digan palabras bonitas. Hay veces que la vida se tuerce y vienen momentos jodidos, y ahí amigos, es donde hay que estar. Me han hecho falta tantas cosas, palabras como ''no voy a soltarte'' y estar. Sobretodo cumplir el hecho de estar ahí, incandescente, no las 24 horas del día, pero sí cuando hubiese que hacerlo de verdad. Espero que algún día consiga todo lo que espera, espero que algún día valore lo que fui. Yo mientras tanto, voy a comenzar como debí hacer hace tiempo. Voy a quererme ambiciosamente como no he hecho hasta el momento, voy a centrarme en mí y todo aquello que merezca la pena porque creo que me lo merezco.
Te deseo suerte, muchísima, espero que no me eches de menos así no será tan duro el ver que yo ya estoy lejos. Gracias por todo este tiempo, por todo aquello que hemos compartido y por lo feliz que he sido contigo. Gracias por apoyarme y por haberme ayudado a dar este grandísimo paso, no ha sido fácil, pero como dice el refrán, a lo hecho, pecho.
Y espero de corazón que para la próxima puedas valorar lo que tienes mucho antes de perderlo.

1 comentario:

  1. Hoy no es un buen día para el amor. Guardaremos un minuto de silencio...

    Hoy no era un día de palabras,
    ideas de poemas o discursos,
    ni era nuestro cualquier camino.
    Para decirnos bastaba un acto sólo,
    y ya que con palabras no me salvo,
    dí tú por mí, silencio, lo que no puedo.

    (José Saramago)

    ResponderEliminar