miércoles, 10 de agosto de 2011

Una tormenta perfecta;


Odio los días nublados, siempre fui de las que prefirió el azul. No soporto pasar frío y desde muy pequeña detesté eso de mojarme bajo la lluvia.
Pero desconociendo el motivo, hace tiempo que eso dejo de importarme, me acostumbre a las nubes, y acepté eso de variar un poco, me abrigué más de lo normal, y descubrí que con tres capas de más tampoco se está tan mal, y que aunque me pille con el paragüas roto, la lluvia puede llegar a ser maravillosa. Hasta dicen que te crece el pelo. Pero si hace tiempo que esto dejó de importarme, fue por ella. Por ese día lleno de luz, pero con algunas nubes a la deriva del azul del cielo. Me enseñó a sacarle el punto positivo a las cosas que realmente veía negativas, y me demostró que la felicidad puede estar en cualquier parte, en cualquier lugar, incluso en la primera gota de lluvia que anuncie que el otoño ya ha llegado. Que después de mucho tiempo de soledad, fue la primera persona, que me demostró que las segundas partes tampoco están tan mal. Que la vida no solo se basa en un objetivo, que puedes darte el capricho de cumplir un sueño si realmente te lo propones y que si te caes, también existe la opción de volver a levantarse... Porque gracias a ella, hoy soy quien soy y tengo a quién tengo, por eso, le dedico esta entrada a mi hermana: Carmen Martínez Hidalgo.


P.d: Porque eres la única persona que me ha hecho bailar bajo la lluvia y hacer de cada gota un sueño más por cumplir juntas. Porque nunca me has fallado, y porque después de todo este tiempo, cuando llueve me acuerdo de ti, y aunque pareciese imposible, la lluvia sigue resultándome maravillosa, y aún más si es a tu lado;

1 comentario:

  1. gracias preciosa por tu visita y yo tampoco puedo quedarme con un dia nublado ...no podría escribir a la alegria y al amor...me alegro que mi poesia te guste
    un beso y buen día.
    con un abrazo.
    Marina.
    ***"ESPIGAS DEL ALMA***

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